viernes, 14 de mayo de 2010

COMIENZA LA TEMPORADA DEL TREN DE LA FRESA 2010

El próximo 15 de mayo comienza la temporada 2010 del Tren de la Fresa, un ferrocarril histórico que cumple veintiséis años de existencia y que se ha convertido en un clásico del ocio y la cultura madrileños. En la presente campaña -con una primera fase que se extenderá hasta el 27 de junio, y una segunda, que tendrá lugar entre el 11 de septiembre y el 17 de octubre- se han programado veintiséis viajes. Estos se realizarán, como ya es tradicional, los sábados y domingos, incluyendo visitas al Palacio Real y Museo de Falúas así como descuentos en el Museo Taurino y diversas actividades de ocio.

Lo que hoy es un interesante recorrido turístico, cultural y de ocio, en su día supuso todo un reto que nacía con la intención de dar salida al Mediterráneo a la capital de España. El primer tramo de este ambicioso proyecto, la línea Madrid-Aranjuez, se inauguró el 9 de febrero de 1851 en medio de una gran expectación y bajo la presidencia de la reina Isabel II. El artífice fue el marqués de Salamanca, quien pensó unir la capital con el palacio donde pasaba sus épocas de descanso la Familia Real.

Este punto de encuentro de la aristocracia era una buena elección para hacer una demostración práctica que convenciera a la Reina y a su entorno de las ventajas de tan revolucionario invento.

26 años de turismo cultural
Con una trayectoria de 26 años, el Tren de la Fresa sigue fiel a su cita anual desde que en 1984 se promoviera la idea de rememorar el recorrido del que fue el primer ferrocarril de la Comunidad de Madrid y el segundo de la Península. Durante todo este tiempo, sus coches de madera, remolcados por su locomotora histórica, han transportado a miles de viajeros ofreciendo una experiencia única que aúna ocio y cultura.



En la Exposición Universal de Shanghái 2010 el Tren de la Fresa ha sido elegido para estar presente en el stand de ICOM (Consejo Internacional de Museos), donde se muestra la realidad de los museos en los cinco continentes, como ejemplo de contribución de un museo a la revitalización y el dinamismo económico a través de un producto de turismo cultural.