sábado, 28 de mayo de 2011

Las riquezas de los Museos de Metro de Madrid

Algo característico del suburbano madrileño es que alberga algunas riquezas que permiten conocer al viajero un poco más la historia de nuestros antepasados.

Un ejemplo de esto es la segunda planta de la nueva estación de Ópera, que incluye un museo de 200 metros cuadrados donde los usuarios pueden contemplar los vestigios arqueológicos de los siglos XVI y XVII encontrados en ese mismo lugar y que formaban parte de la antigua Plazuela de los Caños del Peral (hoy Plaza de Isabel II). Se trata de la Fuente de los Caños del Peral, el Acueducto de Amaniel (que surtía de agua al Palacio Real) y otros elementos hidráulicos descubiertos durante las obras de remodelación de la estación, como la Alcantarilla del Arenal.

El Museo de la estación de Ópera es el mayor museo arqueológico creado en el suburbano madrileño, de cuyos restos pueden disfrutar los viajeros que pasan por la estación a través de enormes mamparas. Además, tienen la posibilidad de entrar en una sala dotada de una zona de audiovisuales que muestra la historia de los vestigios expuestos.

Por otro lado, la estación de Carpetana cuenta con uno de los yacimientos de restos paleontológicos más importantes de la Comunidad de Madrid, con valiosos hallazgos del mioceno en un Museo único para todos los públicos. En ella están expuestos un oso-lobo, una tortuga gigante, un jabalí y un mastodonte de hace más de 14 millones de años.



Un repaso por la historia del suburbano

Para cualquier usuario que quiera conocer un poco más de la historia del Metro, es imprescindible visitar la estación de Chamberí y la Nave de Motores de Pacífico.

Construida entre los años 1922 y 1923, la Nave de Motores empezó a funcionar en 1924. En su interior está expuesta actualmente toda la maquinaria que en su momento sirvió para generar y almacenar la energía con la que funcionaban los trenes de la época. Durante la Guerra Civil, gracias a toda esta maquinaria, la ciudad fue alumbrada a través de la compañía Unión Eléctrica Madrileña. Con el paso del tiempo, la Central, que en su día fue la más potente de España, dejó de funcionar y ya en 1987 fue clausurada. Tras las obras de reforma del arquitecto Carlos Puente, el edificio volvió a su aspecto original y ahora podemos apreciar junto a esta maquinaria, tres motores diesel usados en los inicios de Metro.

Otra posibilidad es la de visitar la estación “fantasma” de Chamberí, convertida desde 2008 en el museo-centro de interpretación de Metro. En ella, todos los visitantes viajarán a través del tiempo para situarse en un escenario de los años 60, donde todo el mobiliario de la época muestra un trocito de historia. Desde las taquillas hasta la publicidad en cerámica hacen de Chamberí un lugar especial para poder apreciar cómo era una estación.